El estilo clásico identifica muebles y decoraciones con formas y materiales que evocan el pasado, aunque sean de nueva producción y con detalles de construcción que los hacen aptos para las necesidades contemporáneas.
Ya sea de estilo barroco, neoclásico del siglo XVIII, renacentista o inglés de comienzos del siglo XX, o bien gustaviano, rústico, country, provenzal, shabby chic, étnico o colonial, el mueble clásico es versátil y puede satisfacer los gustos y las preferencias más diversas.
Puede ser esencial, con formas lineales y geométricas, o tener líneas curvas y convexas; puede ser muy simple, incluir elementos decorativos equilibrados y discretos, o incluso ser imponente y majestuoso, sobrecargado de adornos, orlas y marquetería; puede ser de fresno, abeto o pino, o de maderas más nobles como la caoba, el castaño, el roble, el cerezo o el nogal.
Es ideal para casas importantes y residencias de lujo, para casas de campo o para lofts y apartamentos de ciudad, incluso en estructuras muy modernas. Teñido o laqueado, con acabados de colores neutros, pastel o vivaces, muy mate o brillante, tratado con pátinas para efecto antiguo o envejecido con esmaltes específicos, se adapta a todos los ambientes.